sábado, 2 de mayo de 2009

Insectos


Araña

Cuerpos confluyendo entretejidos en un cuerpo. Casi fundidos. Volar, correr, nadar. Cavando, tejiendo, construyendo. Araña se hace grande de esperar a su pareja con la bolsa de semen y acechar su partida con el manto de la muerte en su espalda, pero él, aunque pequeño, son otros muchos cuerpos que saben del peligro y apuestan en el encuentro entregar una gota de vida y escapar al caldo de la desintegración.
Araña teje pensamientos y atrapa sueños. Araña acecha la invisibilidad de las palabras y siente su peso de otro lugar que quizá no es ya el tejido. En la red de pensamientos hay hilos de amor, viscosos, en los cuales las palabras expiran todas sus fuerzas, hay otros que limitan, secos, en los cuales las palabras se fijan mientras araña les extrae el sumo de vida y aclara las ideas.
Sobre una húmeda superficie araña ha tejido. Sus patas han variado en formas peculiares aumentando sin parar el número de posibilidades. El tiempo pasa dejando palabras… unas nuevas; unas ya habladas; otras muchas son mudas; algunas han dicho; otras dicen cuando llegan y entonces callan; hay unas que prometen pero mueren a la llegada; otras que nacen cuestionando la nada. El tejido se ha extendido secando la sabana, en ocasiones se deterioran algunas de sus partes y dice algo de la muerte, en ocasiones el cuerpo de araña se hace lento y pequeño entonces su tejido le muerde.
Me gustaría decirle a araña que su tejido envejece y acumula en ciertos lugares sobras de veneno, hay también rincones del tejido donde la vida es un derroche que acontece. Quiero preguntarle a araña cuál es el límite de ese tejido donde tenemos lugar las palabras… si es pensable… soñar-b-le… imaginable… o si tan sólo no es amable.
Dinos araña ¿somos un cuerpo o tu cuerpo o muchos cuerpos? ¿Es esta una pregunta que nos solicitamos? ¿Acaso somos hijos que meces en tu canto hasta el día cuando decides devorarnos? Halamos cuerdas día y noche y aún sin día ni noche, anudamos y enredamos y al mismo tiempo llevamos palabras a la cripta gramatical para que el jugo intestino las haga comestibles… ¿Si somos un cuerpo o tu cuerpo o muchos cuerpos… dónde estamos…en qué gesto somos? ¡Libidinoso huevo de araña!
Tejido viviente incalculable que palpita deteniéndose sin orden como la risa nerviosa de un niño que llora acariciando las arrugas de su cuerpo y ve sus manos pero siente otra cosa en ellas o camina en el espacio pero no es un lugar lo que acelera pues quien canta o teje o sueña o cuenta más bien crea que limita.
Araña… tu cuerpo en el abrazo de aquellos amantes que se juntan insaciables… Araña… el tejido en los vacíos que entretejen rincones y puertas fracturadas…

(Fotografía: Sin título, por: Edwing Pinzón Games)