domingo, 28 de marzo de 2010

TRES CUENTOS PARA DORMIR Y UNO PARA DESPERTAR


PRIMER CUENTO PARA DORMIR:
Sharito

Sharito cuando me llaman y mi mamá les dice: no, ella no está en el momento; no, ella está dormida y no le gusta que la despierten; no, ella se está bañando y se demora porque le gusta cantar en la ducha; no, ella está estudiando y no puedo molestarla. Mi mamá es la mejor diciendo mentiras y como sabe que no quiero pasar con nadie entonces inventa cualquier excusa en su mejor estilo.

Yo nunca digo mentiras, no se trata de que no pueda hacerlo o no quiera sino por alguna causa al parecer más compleja pero que no se descifra con una explicación. Podría decir mentiras perfectas ya que vivo con la mejor maestra. Mi mamá es la mujer más tierna cuando miente. Cuando intento mentirle me dice que soy su chiquilla adorada y me pide que le cuente lo sucedido. Aprendí muy pronto a relacionarme con la verdad, aprendí a decir lo verdadero. Para relacionarse con la verdad y decir lo verdadero es necesario no querer; así, también, para mentir es posible e incluso inevitable querer. Pero eso era lo que pensaba antes cuando era niña, cuando aún no era una mentira.

Voy andando enamorada sin rumbo, rumba ni tumba, de dos chicos, uno se llama Nicol y el otro Santi. Cada uno es tan diferente y yo, quien debería ser la persona diferente en la relación, soy su punto en común, o quizá el camino de encuentro, o simplemente su necesario amarre. Al final o somos los tres o no somos nadie.

A Santi y a Nicol les gustan las chicas lindas como yo, sin embargo ese no es el único aspecto que tienen en común, ni muchos menos el más importante, más bien se trata del más contradictorio en esta historia. Nicol ha estado con muchas chicas, todas diferentes por supuesto, pero a ninguna ha deseado así que finalmente ha decidido no estar con ninguna otra y así desear a alguna. Santi por el contrario no ha estado con ninguna chica y aunque se le escuche decir que ha estado con todas lo que sucede es que ninguna ha estado con él, por eso Santi las deseaba a todas pero al darse cuenta que ninguna lo desea ha decidido desearse a sí mismo mientras está con alguna. Yo deseo a Santi mientras soy deseada por Nicol pero estoy enamorada de los dos, es una sensación extraña… ¿Qué se puede decir de estar enamorada?

-Sharito ¿qué te sucede?
-Nada ma… no me sucede nada.
-Ven… cuéntame… ¿qué te sucede?
-Ando enamorada ma… de Santi y de Nicol.
-¿Estás segura mi chiquilla?
-Sí ma… no me preguntes cómo ni por qué, sólo sé que estoy enamorada.

Ayer vi a Santi sentado en el parque observando a varios niños que jugaban, en especial a una niña parecida a mí, ella era tan indiferente, casi ni se enteraba de la existencia de los demás niños quienes jugaban a su alrededor, como si fuese la única en aquel lugar esa niña respiraba el mundo como si estuviese ahí para desearla. En la mirada de Santi hacia ella aceleradamente aumentaba la distancia de su deseo y en ese tránsito enigmático la niña comenzaba a sentirse perturbada, hasta que en un instante fugaz Santi parpadeó y su mirada se dirigió fijamente a mí, entonces la niña dio un pasó y tropezó, yo sentí que un intenso calor recorrió mi cuerpo como cuando una nube descubre el sol y esté deja caer con fuerza sus rayos sobre nuestra piel.

Al otro lado del parque estaba Nicol acostado con los ojos cerrados, reposando tranquilamente y tan sereno que parecía como si el planeta entero estuviese pegado a sus espaldas. Bajo los párpados cerrados sus ojos seguían el juego de los niños determinando como un dios las reglas, omisiones, risas, faltas e íntimos deseos. Todos esos niños eran una extensión de su cuerpo y a través de ellos Nicol allegaba hasta mi su deseo. Inevitable sentir aquella fuerza. Fue en ese instante cuando uno de los niños pasó cerca a Nicol y rosó su cuerpo con un pie entonces él se levantó precipitadamente y corrió, pero con tan mala suerte que también tropezó y cayó sobre la niña que se había empezado a fijar en Santi, ella muy molesta le arrojó tierra en la boca. Nicol se levantó del suelo, escupió la tierra y se marchó mientras me miraba fijamente.

Yo en una orilla del parque estaba muy inquieta y aunque jugaba con los niños para distraerme no logré continuar. Húmeda toda sacudí mi vestido sintiendo el calor de la mirada de Nicol pero mirando a Santi. Mi corazón aceleró su ritmo cardiaco. Entonces partí a prisa aún cuando los niños decepcionados lloraban y gritaban para que me quedase más tiempo… yo huí, huí despavorida de aquel vacío que irrumpió entre Nicol, Santi y yo. Corro, corrí, corriendo, avanzo por la veintisiete pero el tiempo no es continuo algo ha sucedido, las calles se transforman, de repente estoy en medio del bogotazo, de repente entre una espesa selva, de repente floto en un vacío, de repente llego a la tercera, subo a la avenida caracas. Repto como una serpiente entre el tráfico de estrellas sin encontrar la ruta más corta para llegar allá: aquel lugar que entre niebla muestra la ciudad ocultando su desgracia, allí donde nací, nunca hubiese querido arribar allí nuca excepto en este instante, vértigo ¿qué ha sucedido?

-Hola Sharito
-Hola má ¿qué tal el clima?
-Miseria en las calles y un bello arcoíris en el occidente. Llamó tu papá, dice que ha llegado a la ciudad hace una semana y que no te ha visto, qué cosa más rara, yo le he dicho que apenas saliste hace una hora. Estás empapada ¿quieres tomar algo caliente?

(Fotografía: El rio Magdalena tomándose las calles de La Dorada-Caldas, por: Carolina Garzón)

1 comentario:

  1. Me gusta la sonoridad del relato y la voz de Sharito... genuina.

    ResponderEliminar

"[...] Hable, grite, cante, baile, mastúrbese, denuncie, escriba, dibuje, declárese, interprete, pregunte, sueñe... haga lo que deba hacer mientras se extingue su aliento."